sábado, 13 de octubre de 2007

12 de octubre: No hay nada que festejar


Quiero vivir en América
quiero morir en América
quiero ser libre en América
me van a matar en América
El V centenario, no hay nada que festejar
latinoamericano descorazonado
hijo bastardo de colonias asesinas
y cinco siglos no son para fiesta
celebrando la matanza al indígena

Falsos estandartes en las carabelas
cruzando oceanos la decadencia,
y panamerica se viste de fiesta
celebrando la matanza al indigena

No hay nada que festejar

Juventud de América, no debemos festejar
colonia imperialista tenida de sangre
sangre nativa, sangre de la tierra
Donde el indio nació y no pudo conservar
donde el indio murió y creció en sueños de libertad

No hay nada que festejar




V Centenario

Los Fabulosos Cadillacs

Andá a saber a dónde habrás ido a parar…
¿Quién habrá sido tu verdugo?
Por cuántos lugares anduviste antes de morder el polvo
de este suelo por el que luchaste
O sumergido en ese río que tanto amabas,
Que fue escenario de tus mejores historias.
Que muchas veces viste desde arriba, cuando lo sobrevolabas.
¿Habrás recorrido el mismo camino que El Boga en Sudeste?
¿Estarás ahí todavía, en el fondo, escuchándonos?
¿Sabrás que hoy, a más de 31 años de tu desaparición, te seguimos recordando?

martes, 2 de octubre de 2007

Tlatelolco: aún sigue sucia la plaza


Eran tiempos sacudidos por las ideas que rompían fronteras y daban vuelta al mundo. Pasó en París, pasó en Praga y también en América Latina. Un día como hoy, hace 39 años, los estudiantes de México salieron por las calles de Tlatelolco para contarle al mundo que sus ideas también merecían ser escuchadas. Pero éstos jóvenes no sólo fueron ignorados, sino que también fueron duramente reprimidos.
La Plaza de las Tres Culturas fue el escenario de la mayor matanza de estudiantes que se vivió en la década del '60 en todo el continente. Esta plaza recibe ese nombre porque con sólo mirar la arquitectura del lugar se notan el paso de los años y los cambios culturales: dentro del predio hay contrucciones que sobrevivieron de la época azteca, luego - como siguiendo la línea del tiempo- está la iglesia que fue construida con piedras obtenidas de esos templos aztecas que los conquistadores españoles destrozaron a su paso. No es casualidad que por cada iglesia católica que se construyó, se haya descubierto que había un templo azteca debajo. La tercer cultura que se observa es la que rodea a la plaza: los grandes edificios capitalistas, que son parte de la edad contemporánea.
Esa plaza fue testigo de la masacre de cientos de estudiantes desarmados que fueron encerrados dentro de ella y desde el exterior acribillados por el ejército mexicano. La iglesa, obediente con sus intereses, les cerró la puerta a los jóvenes que desesperados buscaban asilo allí.
Más de 35 años después del hecho, el National Security Archive de la Universidad George Washington publicó documentos de la CIA, el pentágono, el Departamento de Estado, el FBI y la Casa Blanca donde se demostraba que la matanza -por la cual nadie fue juzgado- la planeó el gobierno de México y que la CIA tenía agentes escondidos entre los estudiantes y el pentágono había envíado instructores en "lucha antisubversiva" para proteger los Juegos Olímpicos que se estaban celebrando en ese país.
Eran esos tiempos en que las utopías parecían alcanzables y los estudiantes no sólo se detenían a imaginar un mundo mejor, también luchaban por él. Algo que parece tan lejano... como 39 años atrás.

"La función de la utopía es el fracaso para darle paso a una utopía mejor".
Juan Gelman.

martes, 11 de septiembre de 2007

...De lo que fue Santiago ensangrentada


Hoy es un día de esos que se recuerdan muchas cosas. Bueno, en especial siempre hay dos cosas que se explotan al máximo: el atentado a las torres gemelas y el día del maestro. Pero como son dos temas demasiado quemados y que además no me interesan, hoy voy a recordar otro hecho. Siempre que llega esta fecha me acuerdo de Santiago.
De Santiago de Chile, un 11 de septiembre de 1973, tres años después de que el gobierno socialista de Salvador Allende ganó las elecciones. Como se comprobó, Estados Unidos planeó el golpe de estado que irrumpió ese día. Y que fue tan violento. Y que fue tan irreversible.
A las 10.15 Allende, desde la Casa de la Moneda, pronunció su último discurso. Los militares le habían ofrecido sacarlo del país, pero él se negó. Quince minutos después ya fue demasiado tarde: los tanques que rodeaban la Casa de la Moneda abrieron el fuego y los miembros del GAP que estaban dentro respondieron. Luego de más de veinte minutos de balacera, los militares decidieron tomar la Moneda y fue cuando Allende, sin rendirse en ningún momento, tomó su fusil AK-47 – el que le había regalado Fidel Castro- y se suicidó. Murió instantáneamente.
Los diecisiete años que siguieron en Chile fueron el mismísimo infierno. También un 11 de septiembre, también terrorismo, pero de estado.



Santiago de Chile, 11 September 1973, 9:10 A.M.
Amigos míos:
Seguramente esta es la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación.
Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron... soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino que se ha autodesignado, más el señor Mendoza, general rastrero ... que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, también se ha nominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos, sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.
Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen... ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes,. quiero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas, esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros; a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días estuvieron trabajando contra la sedición auspiciada por los Colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas que una sociedad capitalista da a unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos... porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando la línea férrea, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder: estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.


Último discurso de Salvador Allende.

miércoles, 22 de agosto de 2007

35 años de la masacre de Trelew


El 15 de agosto de 1972 miembros de organizaciones guerrilleras como Montoneros, FAR Y ERP que estaban presos en la cárcel de Rawson iniciaron un intento de fuga.
El plan era llegar al aeropuerto de Trelew y abordar un vuelo con destino a Chile que previamente había sido secuestrado por otros guerrilleros. La huída falló y sólo los jefes guerrilleros pudieron escapar: el otro grupo llegó tarde cuando el avión ya había despegado. Así fue que éstos 19 miembros varados en el aeropuerto, luego de pedir garantías por sus vidas frente a las cámaras de televisión y frente a un juez, se entregaron.
Los detenidos fueron trasladados a la Base Aeronaval Zar, cerca de Trelew, y en la madrugada del 22 de agosto fueron acribillados en sus celdas por miembros de la fuerza armada. Tres de ellos sobrevivieron a la balacera, el resto murió.
La masacre de esa madrugada –junto con otros hechos- fueron un anuncio, una muestra de lo que años más tarde sufriría el país. Hoy, exactamente a 35 años, los responsables de éste hecho no sólo siguen libres, sino que cobran pensiones militares, como el principal sospechoso Capitán Luis Emilio Sosa, quien sería el que dio la orden de disparar a mansalva.
La causa por los dieciséis fusilados se reabrió en el 2005 y se busca que el hecho quede como un delito de lesa humanidad.





Los fusilados en la base naval

El 22 de agosto de 1972 fueron fusilados en la Base Almirante Zar Carlos H. Astudillo (28), Alfredo Kohon (27) y María Angélica Sabelli ((23), de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Rubén Bonet (30), Eduardo Capelo (24), Mario Delfino (29), Carlos Del Rey (26), Clarisa Lea Place (24), José Mena (29), Miguel Angel Polti (21), Ana María Villarreal de Santucho (36), Humberto Suárez (26), Humberto Toschi (26) y Jorge Ulla (28), del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Susana Lesgart y Mariano Pujadas, de Montoneros.
Sobrevivieron María Antonia Berger y René Ricardo Haidar, de Montoneros, y Alberto Miguel Camps, de FAR. Los tres figuran como desaparecidos durante la dictadura militar.
Lograron huir a Chile: Roberto Mario Santucho, Marcos Osatinsky, Enrique Gorriarán Merlo, Roberto Quieto, Fernando Vaca Narvaja y Domingo Menna.

Fuente: Clarín

martes, 14 de agosto de 2007

El arte como instrumento de guerra


Capturó un momento y lo perpetuó. Mejor que cualquier fotógrafo, mejor que cualquier cronista. Estaba todo a su alcance: la destrucción y la muerte; su imaginación y su creatividad.
Resulta increíble cómo una pintura refleja la desesperación de un pueblo que está siendo devastado por bombas fabricadas por seres de su misma especie, por individuos de su misma raza: la humana. Cómo la mezcla del óleo y de la violencia desemboca en una obra de arte tan exquisita, tan expresiva… tan única.


“Se dice que en 1940, con París ocupada por los nazis, un oficial alemán, ante la foto de una reproducción del Guernica, le preguntó a Picasso que si era él el que había hecho eso. El pintor respondió: «No, han sido ustedes»”.